EDUCAR EN LA FE
EN EL SEGUIMIENTO Y EN EL TESTIMONIO
- Benedicto XVI -
Como en años anteriores, se llevó a cabo el Convenio de la
Diócesis de Roma, esta vez del 11 al 14 de Junio de 2007. Tema del Convenio
fue: “Jesús es el Señor. Educar en la fe, en el seguimiento, en el testimonio”.
El 11 de Junio, día de la inauguración, su Santidad Benedicto XVI en la
Basílica de San Juan de Letrán, dio el siguiente mensaje, del cual reportamos
algunos pasajes que estamos seguros serán de mucha utilidad a los animadores y
formadores de niños.
“Como nos enseña la experiencia diaria —lo sabemos todos—,
educar en la fe hoy no es una empresa fácil. En realidad, hoy cualquier labor
de educación parece cada vez más ardua y precaria. Por eso, se habla de una
gran "emergencia educativa", de la creciente dificultad que se
encuentra para transmitir a las nuevas generaciones los valores fundamentales
de la existencia y de un correcto comportamiento, dificultad que existe tanto
en la escuela como en la familia, y se puede decir que en todos los demás
organismos que tienen finalidades educativas. (…)
En ese contexto, el compromiso de la Iglesia de educar en la
fe, en el seguimiento y en el testimonio del Señor Jesús asume, más que nunca,
también el valor de una contribución para hacer que la sociedad en que vivimos
salga de la crisis educativa que la aflige, poniendo un dique a la desconfianza
y al extraño "odio de sí misma" que parece haberse convertido en una
característica de nuestra civilización. (…)
Debemos esforzarnos por responder a la demanda de verdad
poniendo sin miedo la propuesta de la fe en confrontación con la razón de
nuestro tiempo. Así ayudaremos a los jóvenes a ensanchar los horizontes de su
inteligencia, abriéndose al misterio de Dios, en el cual se encuentra el
sentido y la dirección de nuestra existencia, y superando los condicionamientos
de una racionalidad que sólo se fía de lo que puede ser objeto de experimento y
de cálculo. Por tanto, es muy importante desarrollar lo que ya el año pasado
llamamos la "pastoral de la inteligencia".
La labor educativa implica la libertad, pero también
necesita autoridad. Por eso, especialmente cuando se trata de educar en la fe,
es central la figura del testigo y el papel del testimonio. El testigo de
Cristo no transmite sólo informaciones, sino que está comprometido
personalmente con la verdad que propone, y con la coherencia de su vida resulta
punto de referencia digno de confianza. Pero no remite a sí mismo, sino a
Alguien que es infinitamente más grande que él, en quien ha puesto su confianza
y cuya bondad fiable ha experimentado.
Por consiguiente, el auténtico educador cristiano es un
testigo cuyo modelo es Jesucristo, el testigo del Padre que no decía nada de sí
mismo, sino que hablaba tal como el Padre le había enseñado (cf. Jn 8, 28).
Esta relación con Cristo y con el Padre es para cada uno de nosotros, queridos
hermanos y hermanas, la condición fundamental para ser educadores eficaces en
la fe.
Si la fe se transforma realmente en alegría por haber
encontrado la verdad y el amor, es inevitable sentir el deseo de transmitirla,
de comunicarla a los demás. Por aquí pasa, en gran medida, la nueva
evangelización a la que nos llamó nuestro amado Papa Juan Pablo II. Una
experiencia concreta, que podrá hacer crecer en los jóvenes de las parroquias y
de las diversas asociaciones eclesiales la voluntad de testimoniar su fe, es la
"Misión de los jóvenes" que estáis proyectando, después del feliz
resultado de la gran "Misión ciudadana".”
No hay comentarios:
Publicar un comentario