domingo, 13 de mayo de 2012

Educación y Proyecto de Vida


Parte I. El Quehacer Educativo.
Capítulo I : La Verdad sobre el Hombre, Imagen Directriz de la Educación.
1. Imagen del hombre y educación
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La tarea de educar, como empeño de ayudar al hombre a lograr su plenitud, ha de partir de una adecuada concepción del hombre como persona en comunidad de personas. Y a fin de que estas expresiones dejen de ser genéricas y ambiguas, queremos explicitar sus implicaciones concretas a lo largo de este documento, de tal modo que sirvan como un programa básico que anime y oriente las diversas acciones y tareas que demanda la educación. Esclarecer y justificar esta imagen resulta tanto más imperioso e imprescindible para educar en el mundo de hoy cuanto que, a través de los diversos medios de impacto cultural, se promueven modelos fuertemente atractivos, pero que alejan al hombre de su ser y su quehacer esenciales. Tales concepciones del hombre convierten la educación en manipulaciones de diverso signo, o le proponen al hombre visiones positivistas que lo cierran a la trascendencia, lo reducen a categorías de eficiencia y rentabilidad y sólo le ofrecen como meta el egoísmo del placer y del poder (Cf. DP. 304-3 15).
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Esa imagen del hombre no puede considerarse cabal si no conlleva el sentido de la vida, el por qué y el para que del existir. Solo tendrá verdadera eficacia educativa si le permite al hombre orientar constructivamente el tener, el poder y el saber; si le esclarece el por qué del sufrir y del morir; si le da razones y esperanzas para trabajar, luchar y amar. Tan sólo entonces el hombre percibirá la prioridad del hacerse sobre el hacer. La tarea nuclear de la educación consiste pues en perfilar, proponer y motivar esa concepción del hombre de modo que tales convicciones básicas resulten para los educandos la "imagen conductora" de su accionar en todo momento de la vida.




La persona no solo se desplaza físicamente de un lugar a otro.
También es un alguien orientado al futuro, es
 vocación, es llamada a cumplir una misión.
La vida humana es un proyecto que se va resolviendo en el tiempo,
 donde el futuro se impone como un deber:
 
“Debo construirlo pero tengo que llegar a él siendo mejor”.




2. El hombre, proyecto de vida
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El hombre no sólo es el único ser de la tierra capaz de proyectos, sino que él mismo es proyecto, no ya solamente por su innata programación genética, sino también por la riqueza de su espíritu encarnado que tiende a desplegar sus virtualidades. Estas podrán desarrollarse de variadas formas accidentales, pero en lo esencial y profundo han de responder a las auténticas exigencias del espíritu creado para el bien, la verdad y la belleza. Toda vida tiene un carácter teológico: Lleva en sí un plan y un destino fundamentales que presiden el desarrollo de las virtualidades. A ese proyecto básico, ínsito por Dios en la naturaleza del ser humano nos referimos al decir que el hombre es un proyecto dinámico. 

En admirable síntesis San Agustín expresó la fuerza de ese dinamismo al decir "Nos hiciste para Ti, Señor, e inquieto estará nuestro corazón mientras no logre descansar en Ti". Vivir humanamente es el resultado de un armónico desarrollo integral e integrado del triple nivel que caracteriza al hombre: el nivel vegetativo, el perceptivo-motor del vivir animal y el nivel de la vida propia del espíritu que penetra la esencia de las cosas, razona, decide y ama, crea el mundo de la ciencia, de la técnica, del arte, descubre la vocación moral (Cf. GS. 16) y la dimensión religiosa. El hombre se percibe a sí mismo como un ser "llamado a elegir un proyecto de vida en conformidad con su propio ser". por lo tanto "artífice de su destino" (DHC. 13). Concebimos la educación como la tarea personal y comunitaria de llevar a cabo ese proyecto de vida, es decir, capacitarse para autoconducir y perfeccionar la vida conforme con las exigencias profundas del propio ser y de las llamadas realistas de la hora que le toca vivir.

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Proyecto de vida no son pues, las ocurrencias antojadizas con que llenamos el tiempo de la vida, sino la orientación organizada de los esfuerzos para dar vida a la vida. Que el hombre sea un esencial proyecto dinámico no significa que su misión sea el activismo, el creativismo", como si él fuera valioso en la medida en que la sociedad lo juzgue útil, eficiente u original. El dinamismo a que aludimos es esa actividad interior que consiste en tomar conciencia de la realidad, buscar la verdad, reflexionar, elaborar experiencia, brindar amor profundo, crear orden y belleza, meditar, contemplar. Riqueza interior que se traduce a veces en ejecución de actividades, a menudo en el intercambio del diálogo enriquecedor y con frecuencia también en la aceptación del sufrimiento y la quietud ineludibles reconociendo, en ellos un llamado a mayor aprendizaje de interioridad y una más íntima y depurada aproximación a los fines esenciales de la existencia.


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Pero la imagen del hombre a partir de la cual la educación cristiana despliega su quehacer, es una imagen infinitamente más dilatada y profunda. Y si la Iglesia quiere ser fiel a su misión de servir al hombre, ha de esclarecerle con toda valentía la sublime dignidad de la vida para la cual fue creado y  al mismo tiempo ayudarlo con generosidad de medios para que pueda crecer en esa dimensión. La imagen del hombre cristiano resulta una imagen maravillosa, misteriosa, con insondables consecuencias para la existencia. Es la imagen de un hombre inmerso en la corriente vital de lo divino con toda una historia en la cual aparece elevado más allá de su naturaleza: hijo de Dios; caído, redimido y justificado, sellado por el Espíritu Santo que en él habita como en un templo; partícipe del Cuerpo Místico de Cristo y como tal, ungido sacerdote, profeta y rey.




Ver Documento Completo:

"Educación y Proyecto de Vida". Equipo Episcopal de Educación Católica Oficina del Libro C.E.A. 24 - julio - 1985

http://www.tecnocercana.com.ar/isma/doctrina/EducacionYProyectoDeVida.htm

2 comentarios:

  1. Dios nos da la vida y tiene un proyecto de amor que nos toca descubrir,realizar y aceptar la Gracia de Dios. Lo màs hermoso de todo, es que es un PLAN DE VIDA UNICO Y ESPECIAL PARA CADA UNO DE NOSOTROS, con la finalidad de SER FELICES, SER SANTOS Y ALCANZAR LA VERDADERA VIDA. Si se tiene a Dios en el corazon se es feliz y la vida estarà "VIVA". "SE FELIZ Y NO FRUSTRES EL PLAN DE DIOS".

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  2. :)!!! Es verdad. Dios dispone planes hermoso para cada uno, planes que vamos descubriendo Dìa a dìa, està en nosotros mismos ser consecuentes y firmes, aceptando el plan de vida que nos da, luchando con todas nuestras fuerzas, porque es en ese plan que encontraremos la verdadera felicidad... Te quiero hector!

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